viernes, 15 de julio de 2011

LAMENTACIÓN POR UNA PERRA




Eduardo Lizalde



La perra más inmunda
es noble liro junto a ella.
Se vendería por cinco tlacos
a un caimán.
Es prostitua vil,
artera zorra,
y ya tenía podrida el alma
a los cuatro años.
Pero su peor defecto es otro:
soy para ella el último
de los hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario